lunes, 2 de agosto de 2010

Frágiles...

Siempre me han dado miedo los cambios, en cualquiera de sus vertientes... temo tanto que ocurran como que no lo haga...

Parece mentira, como a la vez, hemos huido a casa, y no de ella. Debemos estar bastante perdidas ambas. Es raro volver a compartir habitación, como cuando éramos pequeñas, y que aunque sigas levantándote antes, ya no tengas que ponerme la Rosaura al lado para que crea que eres tú, y no tenga miedo, porque los miedos que tengo ahora, no pueden solucionarse con una muñeca grande en mi cama jajaja



Hemos cambiado las dos, bueno las tres, me doy cuenta de lo que crezco viendo lo que lo habéis hecho vostras... Y estos días, estan siendo tan raros, que me siento más unida a vosotras que en mucho tiempo. Son tantos los cambios, en tantos aspectos, que veo mi inestabilidad más asentada que nunca. Creo que voy a necesitaros como siempre y como nunca. Creo que en el fondo sólo vosotras podríais llegar a comprenderme del todo, pero tal vez lo he descubierto demasiado tarde, quise crecer tan pronto, por estar a la altura, que no he llegado a hacerlo nunca, y ahora estoy a años luz.

Nos sorprendí la otra noche, riendo como no me había reído nunca, llorando pero no con lágrimas amargas, como las que tenían guardadas y lo necesitábamos tanto que quisimos volver a revivirlo, y huimos a nuestra casa de verano, pese a todo. Pero aunque las risas son efímeras, me gusta saber que vas a estar aquí, llegar hoy sin que me esperéis y que se os dibuje una sonrisa...

Tengo miedo, la verdad, me inquieta lo que está por venir, tanto para mí personalmente, como para todos. De hecho no sé ni como comportarme, ni qué decir. No sé que pasa, pero me hago pequeña con vosotros... Ella es la madre de la Sinceridad, la que no puede callarse nada y aunque te haga daño va a decirlo, menos el otro día... un poco como tú, o bueno tú como ella, eres la Palabra siempre sabes qué decir... Y la otra ella, la de la Dulzura y la Bondad. Él es... no sé, todo lo contrario, el callarse todo, la Paciencia, y el Trabajo por supuesto, y yo... yo no sé exactamente que soy... Creo que la mezcla exacta, creo que soy el callarme hasta que no lo soporto más, y entonces, cuando hablo, siempre hay alguien escuchando... Supongo que mi rol, mi adjetivo, mi palabra es otra, lo descubrí cuando dijo aquel comentario: - No dije nada, porque estabas tú (yo), y a ti te afectan mucho estas cosas pero...- Me extrañó, ¿yo? ¿soy la frágil de la familia? (- ¿Me estás llamando insensible? preguntó la de la palabra al oirle decir eso...jajaja - ¿Me estás llamando debilucha?- Protesté yo...) Vale, puede que en el fondo sí, puede que mienta peor de lo que creía, pero nunca me lo habíais ni insinuado, jamás os habré ido llorando... Me asustó a la vez que me agradó, que me conozcais tanto en el fondo... La Sensiblidad parece ser la mía, y tal vez la Justicia... o tal vez sólo el corazón... Pero algo debe estar pasando cuando hasta él, está hablando, cuando nos pregunta que si puede darnos un consejo, y nosotras nos reímos porque jamás ha dicho esas cosas... cuando hasta le escuchamos decir frases que bien diría cualquier personita sensible, frases como que lo que hay que hacer es lo que te diga el corazón, y sobre todo saber qué quieres, porque si no... date por perdido... ¿Dónde estaban esas palabras durante estos 24 años? Debe ser que estamos todos igual de asustados... debe ser que nadie tenemos ni idea de nada, pensaba que era algo propio de mi edad, pero no, creo que la mayoría vivimos a expensas de todo... de dejarnos llevar por la vida y ver donde nos lleva, y luego ya, actuar... Me siento mal al oíros hablar, me siento egoísta y tonta, y a la vez valiente y cobarde. Pero necesito darme una última oportunidad, y que me la deis. Gracias por no estar reprochándomelo de momento... SUpongo que entre taquicardia mía, y sustos vuestros, habéis conseguido ver que hay que intentar ser felices, como cada uno sienta que debe hacerlo, si no... ¿qué sentido tendría todo? El ambiente está enrarecido, es como si presintiéramos algo, como si empezáramos a ver que se acerca algún final, y todos quisiéramos de repente, empezar a vivir, y a dejarnos vivir,, y me está dando miedo esa sensación... mucho. Y mientras, jugamos a las cartas y nos tratamos con sumo cuidado, como si supiéramos lo frágiles que estamos.

Empieza la cuenta atrás de muchas cosas, del fin de toda una vida, del principio de otra... y del retomar de la mía. Y no, no creo que estemos más unidos que nunca, sólo más cerca, porque no tenemos mucho más... Así que vuelvo, y volvemos todos... Y me sigo sintiendo sola, pero menos sola que cuando lo estoy. Y además, aquí, a veces, incluso parece verano, aunque haga frío, y aunque acabe de toamrme un vaso de leche calentita.

Ya voy a la camita, ya...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me gustaría decirte que