viernes, 18 de junio de 2010

Felicidades A-M-I-G-A


Es de esas personas silenciosas, de las que llegan a tu vida de puntillas, pero sabes que van a quedarse para siempre. Es tan frágil, que se viste con el traje de la dureza que un día diseñó para ella.Y le sienta bien. Le vi llorar una vez, una única vez, hace muchos años, hace tantos años que creíamos en un ser superior que nos controlaba los movimientos. Que un hombre con bigote extravagante y un chaleco de un color que no puedo ni recordar, nos parecía un tipo interasante y nos gustaba imaginar que era un escritor excéntrico, al que insistíamos en llamar Nuestro hombre. Hace tanto tiempo desde la única vez que le vi llorar, que ni ella la recuerda. Vestíamos un uniforme a cuadros, y cada día iba a su puerta a buscarle, feliz, aunque estuviera triste. Porque en cuanto apretaba al cuarto timbre de la segunda fila, mi sonrisa se dibujaba sola.

Tanto tiempo hace que la conozco, que transformábamos mi salón en una zona en guerra, y mi balcón en un improvisado lugar de estudio. Tanto tiempo queriéndole, que recuerdo hasta las zapatillas que llevaba en educación física. o su carilla graciosa con aparato y una coleta medio rizada. Y desde que llegó, siempre ha estado ahí. A dos calles de mi casa, a veces parecen más, otras menos, pero siempre estamos a la misma distancia. Hay días que creo que si subo a mi terrado y pongo mucho empeño, puedo verle a través de una ventana, quejarse como una niña pequeña reclamando a su madre que le prepare la comida y poniéndole más mayonesa a todo, o diciéndole a su padre que deje de molestarle con sus cosas del ordenador, o de fotos, o del curso de francés o incluso consigo verla corriendo por el pasillo y derrapando al doblar la esquina. Porque así vamos las dos por casa. Y otros días, ella cree que si se asoma a la ventana y chilla FELIDADES, podría oirla. Y mientras, sigo andando a saltitos, para poder seguir su paso.


Es sencilla, que no simple, y buena. Es exactamente como la persona que quiere ser y como a mi me encanta que sea. Y valiente. No necesito verle para saber que está. Puedo llamarle un día llorando, deshecha, y quedarnos sentadas en un banco, en frente de una frutería, porque no necesitamos más. Puedo llorar mientras río con ella. Podemos no saber qué decirnos, pero siempre sabemos lo que nos diríamos. Puedo contarle que he estado hundida, que he pasado la peor semana de mi vida, que incluso confundía los días, y descubrir a la vez que lo hace ella, que estaba peor de lo que creía, cuando una tontería, una pelusa en un vaso de orxata por ejemplo, puede hacernos reír.


Cree que valgo más de lo que en realidad soy, y si por ella fuera dejaría en mis manos el transformar su vida en un cuento escrito. Y a veces le echo de menos, y me asomo al balcón, y veo como crecemos, como dudamos en el camino. Y yo siempre retrocedo cuando no sé seguir, pero ella no, ella sólo retrocede para tomar impulso. No puedo imaginar la vida sin ella, porque solo ella puede enviarme un mensaje y aparecer en mi puerta para decirme que está ahí, que me quite la camiseta de emarsa que seguramente llevo y salga, porque ha venido a verme. O puedo aparecer yo, una tarde en su casa, y decirle que necesito un sofá y un baño cerca, que me emborraché de vida por la noche, y tengo ganas de vomitarla. Y ella, romperá esa hucha de céntimos y pedirá chino para cenar, porque sabe que es lo que más me gusta.


Tendremos ganas de nada las dos, y esperaremos frustradas, alguien más que las tenga. Y me sorprende la noche que quiere salir de fiesta, porque ella es más de disfrutar del día, de la vida, de una escapada en bici, o de un paseo por la luz. Ella es más de las cosas sanas de la vida, de inmortalizar imágenes, y de un café con risas... Y yo soy más de todo. Me gusta pasar por su calle y mirar hasta el séptimo piso, siempre me la imagino subida a su escritorio, para poder sacar la mano por la ventana y saludarme. Y ella debe recordarme como una figurita pequeña, que recorre su acera más deprisa que nadie. Y siempre esperará la llamada que nunca recuerdo hacerle cuando llego a casa. ;) Y a veces nos sorprendemos con un plan de domingo. Con un helado, con un sueño nuevo. Con césped y paz.


Y la quiero tanto, y desde hace tanto, que... no sé, me apostaría mi vida, a un doble o nada, si me prometieran aunque fuera una única posiblidad de que ella fuera a ser feliz para siempre, porque es lo único que merece. Y no me importaría perder, si fuera por ella por quien he jugado.


Me quiere. Puedo encogerme de hombros y sonreír, puedo estar insoportable, puedo no tener ganas ni de respirar, o pedirle a un camarero cuando ya va a irse que no quiero un helado, que mejor un cortado, o no,no, porque yo siempre niego dos veces, que mejor aún, un café del tiempo, pero con rodajita de limón por favor, que ella va a seguir queriéndome igual, o más. Puede darme a elegir entre 100 figuritas monas, y reírse al ver que he elegido... un cuadrado. Puede jugar a ponerme nerviosa, y reírse de mí, tirándome encima las mierdas esas de los paquetitos que sabe que odio, porque me conoce. Puedo pedirle que se ponga guapa que ese día por la tarde tiene que acompañarme a un sitio, y ella sin preguntarme nada, estará todo lo bonita que es, en la esquina que corta nuestras calles, esperándome. Puedo pedirle que me acompañe a buscar un regalo de calidad, para una persona de calidad también, pero que no es lógico que quiera tanto, que ella va a recorrerse conmigo cada tienda cara, sin decirme que estoy loca, y confundiendo catálogos con jarrones, porque oigan, el lujo es muy artístico. Puedo volverle loca antes de cada decisión importante que tengo que tomar, porque sé que ella tiene estabilidad par ambas, y si no, se la inventará para mí. Puedo contarle mis historias más tontas, las más graciosas y las más tristes, que las escuchará como si todas fueran igual de importante, como si toda yo, fuera importante. Puedo irme a la otra punto del mundo, y antes de cada moviemiento de dedo, pensar si esa foto le gustará. Puedo regalarle las tonterías más grandes hoy, porque sabe que tengo guardada para ella, los días más felices y los recuerdos más bonitos.


Tanto tiempo que apenas recuerdo cuando grabábamos cintas y cintas haciendo un programa de radio, porque yo siempre soñé ser locutora, entre otras cosas que he ido enterrando y que ella ha visto como enterraba, pero que jamás me echará en cara, si acaso me las recordará por si yo hubiera olvidado que quería ser feliz. Tanto tiempo, que apenas puedo recordar la tarde que nos encerramos en mi habitación a bailar como locas aquel extraño día de las gubbys geminianas, o cuando en la vuestra, a puerta abierta, inventábamos pasos de baile. O el verano que nos fuimos a aquel campamento. Es tanto tiempo, que no necesito recurrir a él, para saber todo lo que llevamos vivido, todo lo que llevamos avanzado, y aprendido.
Es ella, la chica que siempre lleva un paraguas en el bolso, menos cuando llueve.


Y ahora ya me dirigo a tí, para que no dudes de la sinceridad de lo que digo, porque ¿sabes, amiga? Eres de las personas que más me ha enseñado en la vida. Me enseñaste a luchar cuando nos faltaban las fuerzas, y a sonreír cuando parecía no haber motivos, pero ni mucho menos, sólo había que saber buscarlos; en una sonrisa, en otra prueba superada, en un cóctel. Me enseñaste lo valiosa que es la vida, y la amistad. Me enseñaste a olvidarme de las cosas banales, y centrarme en lo realmente importante. Y aprendimos las dos, que un año puedes celebrar un cumpleaños en una habitación de un hospital, pero que al siguiente, puede que haya una fiesta sorpresa preparada para tí. Que puede que un año, no pueda ni rozarte, pero que al siguiente, voy a darte un abrazo que se me van a escapar las ganas por la piel. Porque asi es la vida. Y a mi me gusta descubrirla contigo a mi lado, a sólo dos calles. Que yo estoy preparada para todo, siempre que tú estés ahí, eso que no me falte.


Espero que estés solo lo mitad de orgullosa que estoy yo de ti. Porque a día de hoy si soy como soy, es en gran parte a haber crecido a tu lado. A haberte tenido siempre ahi. Como cuando no podía ir a aquel parque y nos íbamos a mi casa, para que mi yayo no estuviera solo. A tenerte ahí cuando me temblaban las piernas, aún sin que tú supieras que eras una parte en la que me apoyaba. Me hubiera sentido muy sola en aquellos tiempos de pipas, y tres cigarros en un parque.... Y me seguiría sinteindo así de sola de no tenerte.


Que estoy deseando saber que nos tiene preparada la vida, a ambas. ¿Tú no? Algo grande, ¿verdad? ¿Nos imaginas dentro de... cientos y cientos de años, riéndonos y recordando toda una vida juntas? Yo con mis niestos hippies, y tú con los tuyos futbolistas... jijiji. Tiene que ser precioso, llegar hasta el final de la vida, con alguien a quien conociste desde que empiezas a tener recuerdos... Yo volvería a contarte la historia de la lentilla, y tú vovlerías a sorprenderte, como siempre, de que aún me acuerde.


No tengo ni idea de si existe algo para siempre, pero de ser así, estoy seguro que esto debería ser un claro ejemplo, de los de libro. Porque ¿sabes? Como en aquellos años sigo yendo a tu casa feliz, aunque esté triste...


Y porque he descubierto en este tiempo de crecer juntas, que si buscas, en "amiga", tienes "magia" Y tú, amiga, eres magia.


¿Quié no querría tener una amiga, así, verdad?

Que et vuic, pequeñaja!


2 comentarios:

  1. Ayss que esos son mis piececitoss con mis dos dedos juntitos para siempre como nosotras que gracia ehh..
    Es increible esta entrada sin duda para mi la mejor que has escrito "eress muuu grandeeee" y tanto no he podido parar de reirme, de recordar...Es impresionante la memoria que tienes y lo bien guardadito que tienes los recuerdos.
    Nunca me cansare de darte las gracias(vaya ya estoy con el típico mensaje moña...).
    Y porque no puedo llenar esto de mil comentarios para que aparezcan mil sonrisas porque sólo a tu lado soy feliz, y aunque no lo creas ayer casi entre lágrimas fue de las mejores celebraciones porque estaba contigo tomando tu café favorito y yo mi helado de stracciatela haciendo nuestras cototadas particulares y eso me llenaa(el helado no, la situación, jeje)
    Que muchas gracias de verdad, que voy a desgastar tu blog como la tinta de un papel de leerlo tantas veces. Et vuiccc tantoooo que no se ni demostrartelo, un beso enormeeeee!Graciassss

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  2. Tú creerás que no, pero salía todo tan increiblemente mal, que tuvo su encanto. Yo me lo pasé bien, en el fondo... como alguien ha dicho por ahi arriba, no necesitamos mucho más que a nosotras mismas.

    Un besito fea.

    pd: recuerdame q no vuelva a tomar un café tan cargado tan tarde. POr muchos Holas q diga la camarera, o por mucho heladito de le quiera echar... Me altera el cardio.

    Si cambias de idea hoy y quieres repetir una noche irrepetible(o eso espero)jajja avísame, pero infórmote q estoy de peor de humor! Pero tú has de quererme igual, si no, tendré q borrar esta felicitacion tan chuli, asi q call me, baby!

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