lunes, 21 de junio de 2010

Carta al universo.

Aquí me tienes, esperando. No quiero que hagas nada por mí, sólo que me envíes la señal que necesito, o que al menos lo hagas de una forma más clara, porque no consigo verla.

He esperado pacientemente, sin exigencias, de hecho, creo que llevo años haciéndolo, pero no sé si me has olvidado y aquel pacto que firmamos, empieza a quedar borroso y lejano en mi mente.

Y es que, verás, tengo miedo a equivocarme, otra vez, sí, pero porque ya sé que se siente cuando eso pasa, y ¿sabes? temo que esta sea mi última oprtunidad... Pero claro, tú no lo entiendes. Tú no entiendes ni de tiempo ni de distancia. Tú no entiendes de días ni de noches. Tú estás por encima de todo eso. No sabes de palabras sin respuesta, ni mucho menos de acostumbrarte a ellas. No entiendes de miedos, ni tampoco de errores, no entiendes de pasos en falso ni de taquicardias. No entiendes de indecisión, y yo no sé como explicártelo porque tampoco entiendes de vacíos, ya que en ti, está todo.

Tal vez por todo eso, ya no me recuerdes, mientras que yo sigo esperándote....

Seguro que ni imaginas que estoy aquí por ti. Con todo listo, para que cuando quisieras aparecer y decirme: - ¿Vamos?- Yo ya esté de pie, con la maleta preparada y las ganas hechas.

Odio que te hagas el indiferente, que juegues a despitarme mientras que yo sólo busco (ruego) una pista. No creo que haya hecho nada para merecerlo, y tal vez ese sea el problema, no haberte provocado, no haberte llevado a un límite para hacernos reaccionar.

No sé, no tengo ni idea, de cuando empecé a creer en ti. Creo que era pequeña, y escuchaba a mis hermanas contar historias preciosas sobre la magia que desprendías... Ya no importa, porque lo que si sé, es cuando estoy dejando de hacerlo, lo de creer en ti me refiero.

Creo que ya es hora de recoger esa silla... Ya no me siento una amante del círculo polar, ya no voy a esperar más, la casualidad de mi vida, la más grande, y ya ni siquiera pienso que las haya tenido de muchos tipos.... Ni mucho menos que pueda contar mi vida uniendo casualidades. Ya he malgastado demasiado y demasiadas.

Nunca tuya.

Begoña.

1 comentario:

Me gustaría decirte que