- ¿Te apetece jugar conmigo? - preguntó balanceando su cuerpo con algo de vergüenza, mientras tocaba los lazos de su vestido de los domingos.
- ¿A qué? - levantó la mirada hasta la suya, temiendo una de sus locuras.
Y lo era...
- A ser felices.
domingo, 21 de marzo de 2010
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