domingo, 7 de marzo de 2010

Dicen que el corazón no duele...

mienten.

Últimamente, me duele, me duele cada vez que late,me duele cada vez que le veo llorar, cada vez que temo por su vida, cada vez que soy consciente de lo frágil que es el hilo que nos une y nos mantiene a todos vivos. Cada vez que veo tambalearse nuestras ilusiones.

Este corazón lleva una semana doliéndome, y no es metafóricamente... Acabo de comprobarlo, se detiene por un instante, tal vez milésimas de segundo, para después empezar a latir con más fuerza que nunca, como si quisiera escapar de mi, como si quisiera ir a algún lugar en el que no tuviera que soportar más emociones, pero lo que no sabe, mi pobre corazón, es que no existe ese lugar, al menos mientras esté conmigo.

Me da miedo que algún día se canse, que algún día me diga que hasta aquí ha llegado, que no puede sentirlo todo tan intensamente, que tiene que hacerse más fuerte, o de lo contrario, acabará muriendo de tristeza. Y yo no quiero que tenga ese final, de verdad que no, no quiero que muera, pero no quiero tampoco que deje de sentir, no quiero que se vuelva frío, porque entonces nada tendría sentido ya...

Pero es que duele, duele de verdad, es horrible esa presión. No entiendo como es tan débil, antes era mucho más fuerte, antes lo aguantaba todo, ahora revolotea con la mínima brisa, y se desboca cuando el viento sopla un poquito más fuerte… y yo no sé como calmarlo, no tengo ni idea.

Otra vez está volviendo a hacerlo, no puede emocionarme nada, no puede sobresaltarme nada, no puedo sentir de más, porque entonces vuelve a recordarme que ahí está, latiendo con ímpetu, intentando escapar de nuevo…

Intento escucharle, trato de averiguar qué quiere, qué necesita, pero no consigo oírle, no consigo entenderle, tal vez no hablemos el mismo lenguaje.

A veces pienso que se está vengando de mi, nunca le he cuidado demasiado, siempre he ido prestándolo y dándole a conocer a cualquier persona que se acercara a mi, pero porque estaba muy orgullosa de él y no me gusta esconderle, porque creo que sólo poniendo el corazon en todo lo que hacemos, podemos ser felices y hacer felices a los demás, pero tal vez he sido demasiado pretenciosa, y ahora está haciéndomelo saber… Tal vez actué y pensé mucho con él, pero no en él, y quizás ha llegado la hora de devolverle todo lo que (me) ha dado, igual es que simplemente se ha cansado de dar.

¿Y qué hago, corazón? Si sólo sé usarte... No puedes pedirme que te esconda, no puedes pedirme que deje de sentir(te), porque estarás pidiéndome que deje de ser yo… y no es que sea alguien especial, es que, sencillamente, no sé ser otra persona.

Me consuela saber, que ahora mismo, existe un ser mucho mas pequeñito que yo, pero con un corazón mucho más fuerte... y es increible, pero sigue latiendo. No te rindas por favor, no os rindáis. Y si tienes que hacerlo, que sea ya, porque no creo que aguante(mos) mucho más.

Vuelve a doler(me)...

2 comentarios:

  1. Normal que te digan lo bien que escribes... tocas el alma, nena. Siento todo lo que te pasa como si tu estuviera ahí, después de haber leído todo esto incluso más. Trq

    ResponderEliminar
  2. Wuouu el alma suena a llegar aun mas dentro q el corazon!! jiji

    Gracias amiga! Entocnes tb sentirás q mis "cositas" son la mitad de malas porq estás tu ahi para llevarlas conmigo, verdad? yo si q te requiero.

    ResponderEliminar

Me gustaría decirte que